Ya lo decía Lewis Carrol en su libro Alicia en el país de las maravillas, “si no sabes a dónde vas, poco importa el camino que tomes”.

La importancia de fijarte una meta, un objetivo, radica en que te ayuda a que tu vida cobre sentido:

–        Te ayuda a dirigir toda tu energía, esfuerzos recursos y herramientas en una misma dirección.

–        A establecer prioridades y así poder tomar decisiones.

–        Te aporta satisfacción personal y motivación para seguir adelante.

–        Te ayuda a tomar conciencia de dónde estás y a dónde quieres llegar.

–        Te permite desarrollar todo tu potencial y tus habilidades.

Es importante que establezcas un objetivo en tu vida y que vayas contrastando y validando si los pasos que das en tu día a día te acercan a ese objetivo. Si no es así, reflexiona y analiza por dónde debes continuar para lograr llegar a tu meta.

El objetivo que te marques no tiene por qué ser estático. Es más, lo más probable es que a medida que avances en tu camino, tu objetivo adquiera otro sentido o te des cuenta de que eso no era realmente lo que querías. En este caso, sé sincera contigo misma y atrévete a recalibrar tu objetivo las veces que hagan falta hasta que sientas que estás en el camino correcto.

Deja a un lado los “debería ser de esta manera, tendría que ser así, siempre ha sido así…”, todas esas creencias limitantes que no hacen más que ponerte zancadillas en tu trayecto hasta tu meta y pregúntate “¿qué es lo que quiero yo realmente?”.

Desde el punto de vista de la salud y la nutrición también es importante que tengas claro cuál es tu objetivo de salud. Qué es lo que quiere lograr, para qué quieres lograrlo, qué beneficios te va a aportar, qué estás dispuesta a renunciar para ganar, por dónde vas a empezar, qué obstáculos pueden aparecer en tu camino, etc…

Para ayudarte a establecer tu objetivo de salud, voy a presentarte una herramienta conocida como SMART.

SMART es el acrónimo de: específico, medible, ambicioso, relevante y enmarcado en el tiempo.

Voy a desglosarlo para que lo entiendas mejor:

–        Específico: Responde a la pregunta ¿Qué es lo que quiero conseguir? Es importante que sintetices y detalles muy bien aquello que quieras lograr. Además, es importante que sea en primera persona “yo quiero…” y que esté formulado en positivo.

Por ejemplo: Yo quiero adquirir hábitos de vida saludables.

–        Medible: Responde a la pregunta ¿Cómo vas a saber que has logrado tu objetivo? En este caso hablamos de los indicadores de éxito. Esas pequeñas cosas que vas a ir logrando y que validan que vas por el buen camino.

Por ejemplo: Me sentiré con más energía, me sentiré más tranquila y a gusto conmigo misma, me sentiré mejor anímicamente, estaré más organizada…

–        Ambicioso¿Cómo de retador es para ti conseguir lo que quieres? Aquí conectarás con la importancia que tiene para ti lograr tu objetivo. Si es algo que realmente te motiva y estás dispuesta a ir a por ello.

–        Relevante: Responde a la pregunta ¿Para qué lo quiero conseguir? Esta es quizás la pregunta más importante de todas. En este caso se trata de darle sentido a tu objetivo. De conectar con los verdaderos motivos que te llevan a querer llegar hasta él. De hacer una toma de consciencia de todos los beneficios que vas a obtener a medida que vayas logrando tu objetivo.

Por ejemplo: Quiero adquirir hábitos de vida saludables para retomar el control de mi vida, para sentir que llevo el timón de mi vida, para ganar en salud tanto física como mental, para sentirme fuerte, para demostrarme a mí misma que puedo hacerlo…

–        Enmarcado en el tiempo: Es importante que desgloses tu objetivo global en mini objetivos más fácilmente alcanzables y que establezcas una fecha de inicio para comenzar a incorporar los cambios necesarios.

Por ejemplo: empezaré mañana a incorporar una pieza de fruta al desayuno y otra a la comida, incorporaré un primer plato de verduras a mis comidas, planificaré mi menú semanal los viernes por la tarde e iré a hacer la compra el sábado por la mañana, dejaré el móvil fuera de la habitación cuando vaya a dormir, cenaré sobre las 20:30 hs con mis hijos, después de comer saldré a dar un paseo de media hora, etc.

A medida que vayas incorporando esas pequeñas acciones en tu día a día y las vayas consolidando, verás que ya empezarás a sentir poco a poco sus beneficios y serán estos precisamente los que te mantengan motivada para continuar por ese camino que te has marcado.

Es importante que vayas poco a poco y que incorpores una nueva acción cuando ya tengas la anterior más consolidada. Si pretendes hacer cambios en tu alimentación, empezar a hacer ejercicio, dejar de fumar, planificar tu menú, modificar tus horarios, etc.. todo en la misma semana, es probable que acabes abrumada y perdida. Para ello, ve poco a poco y haz que esos pequeños objetivos se adapten a tu vida y no al revés.

Si en algún momento sientes que te has perdido en tu camino, no te preocupes. Sé amable y compasiva contigo misma y vuelve a ajustar lo que necesites para lograr reconducir tus acciones.

Recuerda que no es un camino recto, sino llevo de curvas, de subidas y bajadas e incluso a veces de senderos sin salida. Lo importante es que te des cuenta cuanto antes y sepas hacer los cambios y ajustes que necesitas para que todo vuelva a tu cauce.

Te animo a que le dediques un ratito de tu día a realizar este ejercicio y establezcas tu objetivo propio de salud siguiendo los pasos de esta herramienta de la que te hablo.

Te aseguro que conocer el lugar a dónde quieres llegar te dará tranquilidad y pondrá foco en tu vida para que tus acciones diarias vayan encaminadas en una misma dirección.

Si quieres que te acompañe a diseñar tu propio objetivo de salud y en tu camino de cambio de hábitos, no lo dudes y escríbeme.